La Dra. Suzanna Miniconi Orban fotografiada en su clínica de Mónaco.
Tal y como he presenciado en mi consulta y como bien sabe la gente que sufre acné, hace falta más que un limpiador y crema para borrar los efectos duraderos de algunas imperfecciones. El acné puede tener consecuencias significativas en la autoestima y en la salud mental en general.
En el pasado, el único tratamiento disponible para el acné consistía en cremas tópicas fuertes, antibióticos orales y retinoides orales, que pueden acarrear muchísimos efectos secundarios.
Hoy en día existe la fototerapia médica BIOPTRON, un tratamiento 100 % seguro y clínicamente testado que ayuda a curar y controlar el acné. BIOPTRON tiene lo que se conoce como luz médica polarizada, que garantiza una penetración óptima en el tejido cutáneo. Una sola aplicación diaria de entre diez y quince minutos con este dispositivo médico ayuda a tratar con éxito las erupciones de acné en la piel.
La luz polarizada contiene longitudes de onda rojas y azules en dosis idénticas, ambas contenidas en el rayo de luz amarillo. Las longitudes de onda de la luz azul de BIOPTRON eliminan las bacterias que provocan el acné, mientras que las longitudes de onda rojas calman la inflamación y ayudan a contraer las glándulas sebáceas que producen un exceso de grasa que obstruye los poros.
La alternativa de tratamiento indolora y no medicamentosa de BIOPTRON también es muy efectiva cuando se utiliza como terapia complementaria con prácticamente todo tipo de tratamientos locales y generales.
Existe una ventaja más de la fototerapia que no debemos despreciar: la estimulación de la producción de colágeno cutáneo que previene las cicatrices y reduce las líneas de expresión y las arrugas. Así que también es un dispositivo antienvejecimiento de calidad.